martes, 10 de julio de 2012

¿Pero esto qué es? Cap. 1

Hace unos años Matías Prats (hijo) nos deleitó con un exabrupto muy poco apropiado para un telediario (y más viniendo de un periodista caracterizado por su "buen rollismo"). Sin embargo este grito estuvo cargado de realidad, de sinceridad y de "mal rollo".
Es el "mal rollo" que nos debería entrar a todos cuando alguien se aprovecha de nuestra confianza y nos juega una mala pasada.




Esto es lo que hacen las empresas suministradoras, (gas, electricidad, agua potable y teléfono) que con tal de vendernos sus productos (que por supuesto queremos), superan todas las dificultades técnicas y legales que puedan surgir. Sin embargo no superan las mínimas normas de decoro, a no ser que se les exija, como veremos más adelante.

Acumulación de instalaciones "al aire" en un edificio en el centro histórico de Valencia. Y para mayor regocijo de nuestros lectores, es el palacio de Forcalló construido en 1864 que alberga al Consell Valencià de Cultura. / MIXURO

El caso es que desde hace ya unos cuantos años los edificios nuevos que se construyen deben "preparar" el lugar por el que albergar estas instalaciones. Pero ¿Y las instalaciones que no estaban previstas cuando se construyeron los edificios? ¿Por donde se meten?

Con esta entrada comienzo una serie donde voy a intentar explicar qué es eso que te ha salido en tu fachada. El porqué de esas fachadas peludas que podemos ver, sobre todo en centros históricos, precisamente donde más respetuosos deberíamos ser.

Empiezo con nuestros amigos que nos traen el teléfono, internet, TV cable, y lo que se vayan inventando... y para que no penséis que tengo una manía especial a Telefónica, en este caso la "gorrinada" se puede atribuir (al menos aquí en la Comunidad Valenciana) también a Ono.

De izquierda a derecha. 1 Arqueta de la compañía Telefónica. 2 Por ese tubo vertical pintado de granate asciende el cable hasta llegar a la caja, en este caso sin tapa, ale! 3 Detalle de la caja y un cilindro para realizar empalmes. / MIXURO

Éstos son, sin lugar a dudas, los nº1 en el ranking de marranetes de la instalación. Ya vimos de dónde venía la señal desde los curiosos edificios de Telefónica. Luego, ya sea por vía aérea (ese cableado que va de azotea en azotea incluso cruzando calles) o subterránea, se distribuye por toda la ciudad. Pero en vez de entrar discretamente en los edificios lo hace trepando por las fachadas sin miramientos. No contentos con esto si pueden evitarse unos metros de zanja no se cortan un pelo y prolongan los cables grapados a las fachadas pasando por distintos edificios. Y como hay que hacer empalmes, aquí y allá te colocan unos misteriosos cilindros (que parecen diseñados para atrapar suciedad).

Cuando se juntan varias compañías parece que se retan. De izquierda a derecha: Unidad exterior aire acondicionado, caja teléfono Ono, conexión TV/ internet Ono, caja teléfono Telefónica sin tapa. Abajo los tubos de acero que protegen los cables que vienen del subsuelo. Arriba empalmes y cables de alumbrado público (que ya veremos en otro post). / MIXURO
¡Qué detalle, qué sensibilidad! / MIXURO

Estos cables, que además son bastante gruesos, terminan (por fin!) en unas cajitas grises de donde saldrán los cablecillos, a veces también por fachada, que están conectados a tu teléfono.

¿Se puede hacer algo para evitar todo esto? ¿Podemos, como propietarios y/o ciudadanos, corregir algo? Existen dos soluciones sencillas para moderar el impacto sobre la ciudad. La primera consiste en directamente tapar (poner tapas) sobre estas instalaciones. Y la segunda es asumir que van a existir y preparar el sitio por el que tienen que discurrir para que lo hagan de manera ordenada.

Solución 1. Tapar las instalaciones. A veces es peor el remedio que la enfermedad. / MIXURO
Solución 2. Preparar un lugar para que las instalaciones discurran sin afectar a la estética del conjunto, aunque queden vistas. Viviendas en Xirivella que realizamos en nuestro estudio durante 2006-07.  / MIXURO
¡Y aun hay una solución mejor! Que consiste en vigilar, perseverar y facilitar a los que van a colocar instalaciones un lugar adecuado y oculto. A no ser que lleves dentro a un encendido Matías Prats para auyentar a cualquier instalador que se asome por tu edificio, lo mejor es prever y asumir que estas cosas tienen que pasar de la mejor manera posible. Como nos demuestra el arquitecto Ramón Esteve con su propio estudio. Donde ha conseguido, seguro que con gran esfuerzo, que no le invadan la fachada con cientos de pelos. ¡Bravo!

¡Un oasis en el centro de Valencia! Edificio de Ramón Esteve. Hasta el alumbrado público sale de un conducto empotrado en el propio edificio. ¿Cómo lo habéis conseguido? ¡Peleándolo, seguro!. / MATOSES / MIXURO


¿Quieres más? ¡Pero esto qué es! Cap. 2 sobre alumbrado público clickando aquí.
                       ¿Pero esto qué es? Cap. 3 sobre aire acondicionado aquí.
                       ¿Pero esto qué es? Cap. 4 sobre instalación eléctrica clickando aquí

4 comentarios:

  1. gran post! siiiiiiiii

    el món és una lluita de cables.

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    1. Gracias Alfred,
      !Además nos amenazan con una nueva tecnología! Lo próximo es que para alcanzar los 100Mb de conexión necesitarán llevar un cable de fibra óptica hasta cada vivienda. ¡Más madera!
      http://www.movistar.es/particulares/internet/fibra-optica/instalacion/

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  2. Lo de la imagen de azulejo me ha llegado al alma

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    1. Desde que escribí el artículo me he encontrado con nuevas joyas del "grapeado" a cada cual más cerca de lo sublime!!! Se podría hacer una galería fotográfica exclusivamente de estas obras de arte (pues como a ti Ricardo a más gente llegan al alma)

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