martes, 26 de junio de 2012

Las puertas me hablan


En Valencia tenemos la inmensa suerte de contar con un arquitecto excelente que ha llenado nuestra ciudad de edificios conscientes de su condición urbana.

Museo Prícipe Felipe. ¿Por dónde se entra? Detrás del pilar, entre dos diagonales de la estructura, ahí hay una portezuela con un letrerito que pone: entrada/entrada/entrance, es sorprendente pero a este pedazo de edificio se entra por ahí. / foto: Mixuro

Por supuesto, no estoy hablando de Santiago Calatrava, cuyas naves espaciales vuelan de ciudad en ciudad sin tenerse que preocupar de donde aterrizan, (todavía estoy buscando el acceso del Museo Príncipe Felipe). 
Estoy hablando de un maestro suyo y nuestro, Antonio Escario.


La obra de Antonio Escario, a la que nos referiremos en más ocasiones en este blog, nos ofrece ejemplos estupendos de cómo resolver los accesos a los edificios,  adaptándose a los condicionantes y ofreciendo siempre un resultado impecable basado en el estudio del significado público de cada edificio y el cuidado de los detalles. Incluso cuando adapta estas piezas a los usos actuales.
A través de los edificios de viviendas de Antonio Escario, alguno de ellos realizados junto a Vidal y Vives, voy a analizar la importancia de sus accesos  como reflejo de la relación de las Comunidades de Propietarios con la ciudad.
Analizar la evolución de este elemento arquitectónico en los últimos 50 años nos revela síntomas inequívocos de que los ciudadanos estamos perdiendo la sensibilidad, no sólo por la arquitectura, sino por todo aquello que tenga que ver con lo público.
Se puede romper esta tendencia conociendo nuestro entorno para poder empezar a valorarlo.

Acceso al edificio Ripalda, más conocido como "La Pagoda" en la plaza dela Legión Española de Valencia / foto: Mixuro

El primer edificio que vamos a analizar es "La Pagoda" y allí me voy con toda mi ilusión.
Me acerco al imponente edificio, observo el continuo flujo de vehículos salir y entrar del garaje. El acceso se resuelve bajo el zócalo de primera planta cediendo espacio a la acera, ¡Que generosidad! Pero, ¿Que ven mis ojos? Una reja de estilo neo-gótico (por decir algo) de difícil convivencia con el estilo orgánico tan de los 60's cierra el espacio de acceso sin importarle un pimiento lo que tiene detrás. Me asomo y veo, entre los barrotes, un acceso mimado hasta el último detalle y resuelto para este lugar y no otro. No puedo entender cómo una Comunidad de Propietarios puede ser tan insensible a este trabajo. Me pregunto si pondrían una reja de estas a la casa de la cascada de F. Ll. Wright, mejor no les vamos a preguntar.

Acceso al edificio en la plaza del Parterre de Valencia / foto: Mixuro

El segundo edificio está en la plaza del Parterre pero aquí sí que se ha respetado la arquitectura del acceso. ¡Muchas gracias!
Siempre me ha llamado la atención la singularidad y generosidad de este acceso. El volumen de ladrillo flotando mágicamente sobre los pilarcitos de acero, diciendo: "Se entra por aquí, es usted bienvenido"

Acceso al edificio de la C/ Arévalo Baca  de Valencia / foto: Mixuro

El tercer edificio está en la Calle Arévalo Baca y tiene la particularidad de que la Comunidad de Propietarios ha confiado su reforma al mismo arquitecto autor del edificio. El zaguán conserva su estructura y acabados originales resolviéndose la accesibilidad mediante una rampa de nuevo diseño.

Acceso al edificio en la Gran Vía Fernando el Católico  de Valencia  / foto: Mixuro

El cuarto y el quinto edificios son muy recientes y están en la Calle Guillem de Castro y en la Gran Vía Fernando el Católico.
Las dimensiones de los accesos son mucho más reducidas que los casos anteriores ya que los ciudadanos de hoy ya no demandan zaguanes capaces de albergar cierto grado de relación entre vecinos, pero esa es otra reflexión para otro post.
Sin embargo el diseño resuelve los condicionantes de accesibilidad, seguridad y evacuación en caso de incendio sin renunciar a una exquisita elegancia.

Acceso al edificio en C/ Guillem de Castro de Valencia  / foto: Mixuro

Estos ejemplos son pequeños fragmentos de la obra de un arquitecto extraordinario en cuyo estudio hemos tenido la suerte de aprender.
Son fruto de su esfuerzo en el diseño y sobre todo de su capacidad para convencer a promotores, propietarios y constructores de que la calidad en el diseño y los materiales nos beneficia a todos, incluidos los felices transeúntes que disfrutamos de estos edificios no tan anónimos.

Gracias Antonio.

7 comentarios:

  1. No coneixia jo a aquest senyor (typical me). Gracies Maria

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    1. Es una bona noticia! L'obra de Antonio Escario es una continua llisó de com l'arquitectura pot, d'una manera subtil, civilitzar les nostres ciutats. Jo em vaig fixar en l'edifici de la Gran Via perquè li va agradar molt a mon pare, que no es arquitecte però es un home sensible. Després vaig saber que era de Escario i no em va estranyar gens. No t'imagines quants d'aquells edificis que milloren els nostres carrers son obra d'aquest arquitecte. Insistisc, tenim molta sort.

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    2. Vaya!
      Mireu que he passat 1000 vegades per la Gran Via y he pensat "que xula es aquesta finca" enhorabon a l'artista i a ton pare per la seva sensibilitat ;-)
      Petons
      Mar.-

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  2. Hola Maria, fantàstic article d'investigació. Els teus treballs són veritables "National Geographic" de la nostra ciutat.
    Estic totalment d'acord en que Antonio Escario ha mostrat sovint una gran sensibilitat en el disseny dels accessos i altres detalls del projecte. Però, paral·lelament, sempre he segut defensor d'una visió crítica de l'obra de Santiago Calatrava i pense que sovint està sotmès a serrutxades massa totalitàries. Cert és que els accessos del Museu "Príncipe Felipe" i de molts altres projectes a mi tampoc m'agraden, però sí que m'agraden els dels magatzems Ernstings a Coesfeld (Alemanya) o els de l'escola de Wohlen en Aargau (Suïssa), els del BCE Place Gallery de Toronto (Canadà) i tants altres.

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    1. Hola Ivan, moltes gràcies pel comentari perquè ma fet retrobar-me un pensament d'aquestos de quan vaig a córrer.
      Quan dic que les naus espacials de Calatrava no es tenen que preocupar del lloc on aterren no pense que siga un error seu, com tu senyales molt be, Calatrava és molt capàs de fer un accés adequat, eixe és el problema. De fet crec que són les ciutats, en especial València, les que no li exigeixen un mínim de integració en el entorn, per no parlar de rigor en els pressupostos.
      El que em pareix clar es que Calatrava no manté la qualitat de la seua obra en totes les ciutats on aterra i no es l'únic. Exemples com el Palau de Congressos de Foster o el Veles e Vents de Chipperfield fan plorar quan t'apropes i veus les qualitats, els detalls i errors funcionals impropis dels seus autors. Si rodes una mica pel mon, com es el teu cas, trobes a faltar en aquesta ciutat nostra el nivell d'exigència en les institucions i en els ciutadans, que fan que estos estels de la arquitectura donen lo millor d'ells. Pot ser son edificis fets per a la foto, sense contingut, sense trellat ni substància, i esta circumstància, no es culpa només dels arquitectes.
      Moltes gràcies Ivan

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  3. Hola Iván, yo estoy de acuerdo contigo en que se exagera a la hora de criticar la obra de Calatrava, pero es proporcional a lo caro del "producto". Parece más criticable que un Ferrari no arranque que no lo haga el supermirafiori de tu abuelo...
    Dicho esto y en descargo de Calatrava casi estoy convencido de que la puerta original era la grande de al lado (con forma de ojo, como no!) pero que algún tipo de problema técnico, o de funcionamiento, o de capricho del promotor de última hora, o vete tú a saber lo impidió.

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    1. Hola Javier, yo la primera vez que fui al Museo Príncipe Felipe intenté entrar por ese maravilloso "ojo" y casi me marcho pensando que el edificio estaba cerrado. Seguro que hay una estupenda historia sobre el porqué de ese acceso. Si alguien la sabe, ¡por favor que nos la cuente!

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